En 1789, se encontraban 4.000 hectáreas de viña en Brioude y su región. 100 años después, esa superficie había doblado.
Sobre los 2.770 hectáreas que tiene el pueblo de Vieille-Brioude, 450 estaban cubiertos de viña. Se decía en aquella época que entre Brioude y Vieille-Brioude « no se podía tirar su sombrero sin que se cayera en una cepa ».
De este patrimonio que contribuyó a mantener el país, sólo subsiste hoy unas viñas cuidadas por los últimos apasionados.